Jose Hernandez
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Cigarral de Menores. Entrada.
Quizás quien no sea de Toledo, ni siquiera ha oído hablar de este cigarral… Quizás quien no sea de Toledo, no entenderá el porqué os muestro una foto de una entrada a un cigarral; Quizás quien no sea de Toledo, no entenderá la dificultad de hacer esta foto para lo cual que hay que andar mucho o aparcar esquivando las multas de tráfico… Quizás quien no sea de Toledo, y no conozca donde está este lugar no valora la foto. Quizás haya gente que piense que lo que importa es la parrafada, y que para hacer la foto es simplemente apretar un botón… en fin… batalla perdida.
Por si alguien no ubica donde está la entrada que os muestro en la foto del Cigarral de Menores deciros que está en plena carretera de Piedrabuena… vamos en la carretera que lleva hasta el Cerro de Los Palos… seguro que habéis pasado mucha gente por allí y no os habéis fijado…
Ya os conté el porqué se llamaban Cigarrales a estas construcciones toledanas de lujo y del porque de su ubicación en las afueras de Toledo, pero este Cigarral tiene historia propia y mucha, a pesar de que yo no he podido acceder a su interior pese a intentarlo… ahí lo dejo por si me invitan a pasar jajajaja. Por lo visto tiene unas extraordinarias vistas de la ciudad pero…. no os las puedo mostrar… lo siento.
Os decía que el Cigarral de Menores tiene mucha historia propia siendo declarado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, siendo el primer cigarral que recibe este reconocimiento.
Tiene tanta historia que es nombrado por Tirso de Molina es su obra: “Los Cigarrales de Toledo”, publicada en 1624. En esta obra literaria se nombran 20 cigarrales, de los que quedan solo siete, siendo el Cigarral de Menores el que mejor representa el carácter de estas tradicionales construcciones toledanas.
En origen el Cigarral de Menores fue propiedad de un canónigo de la Catedral llamado Jerónimo de Miranda que construye allí en 1593 su casa de “recreo” pero en 1618 lo dona a la orden de los Clérigos Menores de San Francisco Caracciolo para fundar un convento en honor a San Julián. Desde 1619 hasta 1835 cumplía esas funciones de convento…
En 1835 y debido a la desamortización tiene varios dueños destacando entre ellos el político liberal Manuel Silvela o el Beato Joaquín de Lamadrid, hasta que en 1921 lo comprar el Doctor Marañón, llamándolo Cigarral de los Dolores en homenaje a su esposa.
El Doctor Marañón era una de las personas más influyentes de la época como médico, científico, humanista e historiador. Y es en este cigarral observando las vistas de Toledo donde pasa sus mejores momentos y escribió casi todos sus libros; a la vez convirtió este cigarral en un referente cultural ya que aquí convocaba a las más prestigiosas personalidades de la ciencia, la literatura, el arte y la política de su tiempo.
Era común ver por aquí a Valle-Inclán, Unamuno, Azorín, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala y García Lorca, quien se quedó alucinado con la belleza. El político Azaña también venia mucho y años más tarde el legendario General francés De Gaulle también se alojó aquí.
Llegó la Guerra Civil española en 1936 y el Doctor Marañón hubo de exiliarse en Paris mientras el Cigarral era bombardeado y saqueado. Al acabar la Guerra Civil su hija Carmen y su yerno Alejandro comenzaron a restaurarlo para que cuando volviera del exilio en 1942 el Doctor Marañón ya lo viera reparado….
En 1977 fallece la esposa del Doctor Marañón, Dolores Moya (que por eso también se le conoce como Cigarral de Dolores) y al morir un nieto del Doctor Marañón llamado Gregorio Beltran de Lis compra el Cigarral de Menores a la familia ampliando sus linderos y recuperando sus jardines renacentistas.
En la actualidad, Gregorio Marañón Bertrán de Lis y Pilar Solís-Beaumont Martínez-Campos, marqueses de Marañón, viven en el Cigarral una gran parte del año y han llegado a incluir una importante colección de escultura contemporánea en la que destacan la obra de Eduardo Chillida “Lugar de Asiento” y la «Fuente Sin Nombre» de Cristina Iglesias o el busto de Gregorio Marañón, realizado